La Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, cuenta con un fichero de información sobre las deudas dinerarias contraídas tanto por particulares como por personas jurídicas.
Se trata de un fichero de morosidad, es decir, un registro o base de datos que reúne a personas que han incurrido en algún tipo de impago, y es usado por los acreedores como método de presión para conseguir cobrar su deuda, pero también por diferentes empresas, especialmente financieras, como fuente de información sobre la situación de sus clientes. Por ello, el principal inconveniente que presenta el formar parte de una de estas listas es la dificultad o incluso la imposibilidad de acceder a préstamos o créditos, incluyendo la opción de realizar una compra a plazos. En general, cualquier empresa que utilice estas herramientas para el estudio de la viabilidad de una operación con un cliente determinado, pondrá en duda la capacidad de pago de aquellos clientes que figuren en los ficheros de morosidad.